CUANDO ESTÁS ENFADADO, ¿CON QUIÉN ESTÁS ENFADADO?

¿Con quién estamos realmente molestos y enfadados cuando nos molestamos y enfadamos por algo? ¿Es realmente la otra persona o la circunstancia la causa y el origen de nuestra irritación o en realidad el motivo está dentro de nosotros?

Empezar a hacernos estas preguntas y a reflexionar sobre ellas puede darnos muchas pistas sobre los reales motivos de nuestros malos momentos. Aunque al principio resulte incomodo mirarse dentro y contestarse con sinceridad, este es el primer paso para dar una solución real y profunda a lo que nos remueve.

En muchas ocasiones la respuesta será que en realidad estamos enfadados y molestos con nosotros mismos…

Por no saber poner límites claros, por no haber dicho o hecho lo que queríamos decir o hacer, por no saber exactamente ni nosotros que es lo que queremos o lo que sentimos…

Lo que vivimos y las relaciones que nos rodean nos hacen de espejo…

Lo que veo, siento y escucho es exactamente para mí, lo estoy generando yo para entender algo de mí, y si me acerco a ello lo puedo ver, entender, aceptar y decidir qué hacer con ello.

Cuando sientes alguna emoción desagradable o alguna sensación incomoda, mírate adentro, allí es donde podrás encontrar la respuesta.

Esto a lo mejor no la quita enseguida, pero si te permite verla desde otro enfoque, profundizarla y decidir qué hacer con ella. Siempre será un nuevo paso en el camino de la mejora personal y del autoconocimiento.

El malestar, físico y emocional, es una señal que algo no funciona, que por allí el camino no es. Es un interruptor muy sencillo que nos indica que hay que cambiar algo, que sea dentro o fuera de nosotros.

Si esto es más fácil cuando se trata de algo concreto, si un alimento me hace daño dejo de comerlo, se hace más complicado cuando se trata de nuestro mundo interno.

¿Qué es lo que me está haciendo daño cuando siento rabia o angustia?

Una vez que lo encuentro es más fácil dejarlo ir y salir de la situación de malestar, aprendiendo poco a poco como evitarla, como no volver por allí.

Y si no podemos cambiar la situación externa, siempre podemos cambiar nuestra mirada hacia ella, que sea una persona o una circunstancia. Lo que pasa a nuestro alrededor es un detonante para algo que ya está dentro de nosotros, y podemos agradecerlo porqué nos permite reconocer cuales son nuestras debilidades, para poderla fortalecer.

Como es adentro, es afuera… si algo me disgusta y me provoca malestar de lo que tengo a mi alrededor, la respuesta y la solución están dentro de mí…

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