El concepto de “tiempo libre”, esconde un “tiempo esclavo”, un tiempo no-libre…
Pero en realidad todo nuestro tiempo es libre, porqué todo nuestro tiempo es NUESTRO.
La idea de que hay un tiempo que no lo sea es errónea y nos trae a conclusiones y pensamientos equivocados.
Hagamos de cada minuto y de cada hora un tiempo libre y liberado, un tiempo nuestro…
Liberado de juicios, que nos hacen ver las cosas de una forma limitada…
Liberado de expectativas, que nos hacen caer en la trampa de la desilusión y de la decepción…
Liberado de los “debería” y de los “tengo que”, que nos hacen sentir esclavos de otra personas, o circunstancias…
Recobramos y recuperamos el poder de nuestro tiempo…
El tiempo que tenemos a disposición es limitado, hagamos que valga la pena y la alegría…
Salgamos del papel de víctima y hachémonos responsables de nuestras acciones, pensamientos y emociones…
La segunda opción está allí, solo espera que la veamos y la pongamos en práctica…
Y también la tercera, la cuarta, la quinta, hasta al infinito…
Somos dueños de nuestro tiempo y de lo que queramos hacer con el…
Somos libres en nuestros pensamientos, para poder elegir cada una de las ideas que nos rondan por la cabeza…
Somos seres vivos, libremente pensantes, libremente sintientes…
Y si no nos sentimos así, si sentimos que necesitamos “tiempo libre” “tiempo liberado”, preguntémonos ¿Libre de qué? o ¿Liberado de quién?
La vida es nuestra, así como lo es nuestro tiempo…
Es el bien más preciado que tenemos, que una vez que se va, ya no vuelve…
Hagamos de nuestro tiempo un tesoro, y vívemelos plenamente…
No te deseo que tenga tiempo libre por qué no te deseo un tiempo esclavo…
Te deseo que todo tu tiempo sea tuyo…
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